Como resultado de los nuevos intereses y necesidades emocionales, los jóvenes comienzan a cuestionar a sus padres y se alejan progresivamente de ellos. De esta manera empiezan a ampliar su círculo cercano con sus amigos, para satisfacer sus necesidades emocionales y sociales. Además, invierten gran parte de su tiempo en diferentes actividades que les proveen un sentido de pertenencia, como escuchar música, bailar o salir de compras.