Enciclopedia de Conocimientos Fundamentales
UNAM ˜ SIGLO XXI


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2.9.3 El tacto

Mediante el tacto, el cuerpo se relaciona con el medio que lo rodea. Los receptores o corpúsculos táctiles presentes en la piel permiten la recepción de dos tipos de estímulos: la temperatura y la presión. Estos receptores se estimulan ante una deformación mecánica de la piel y transportan las sensaciones hacia el cerebro a través de fibras nerviosas (véase la figura 2.39). Los receptores se encuentran en la epidermis y están distribuidos por todo el cuerpo de forma variable, por lo que aparecen zonas con distintos grados de sensibilidad táctil en función del número de receptores que contienen (véase el apartado 2.8.2).

La piel
Figura 2.39. El sentido del tacto, el menos especializado de los cinco sentidos, percibe la temperatura y la presión por medio de receptores o corpúsculos táctiles que se encuentran en la piel, los cuales transportan las sensaciones hacia el cerebro a través de los nervios. Los receptores se encuentran distribuidos por todo el cuerpo de forma variable, por lo que aparecen zonas con distintos grados de sensibilidad táctil en función de la cantidad de receptores que contienen
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El tacto es el menos especializado de los cinco sentidos, pero puede aumentar su agudeza. Los ciegos, por ejemplo, utilizan el tacto para leer las letras del sistema Braille.

 

La piel

La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y se localiza sobre su superficie. Mide aproximadamente 2 m2; su peso es de 4.5 a 5 kg y ocupa 16% del peso corporal. Sus funciones son:

a] Protección del organismo frente al medio ambiente.

b] Percepción táctil.

c] Síntesis de vitamina D.

d] Regulación de la temperatura.

e] Regulación de la pérdida de líquidos de tejidos profundos.

f] Excreción de sustancias tóxicas del cuerpo.

g] Reservorio de sangre a través de vasos sanguíneos agrupados en una vasta red.

La piel presenta dos capas: la epidermis y la dermis. La epidermis es la parte más superficial de la piel y posee, a su vez, varias capas. Produce células nuevas mediante el proceso de queratinización. En ella se encuentran los melanocitos, células productoras del pigmento de la piel llamado melanina, que absorbe rayos ultravioleta nocivos.

La dermis es la capa localizada bajo la epidermis. Está formada por el tejido subcutáneo (fibras reticulares y de colágeno, adipocitos, etcétera), vasos sanguíneos y corpúsculos o receptores táctiles. En la dermis se localizan algunos anexos de la piel como el pelo, las uñas y las glándulas sebáceas y sudoríparas (véase la figura 2.40).

La piel
Figura 2.40. La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y su principal función es proteger a éste del medio que lo rodea. La conforman tres capas —epidermis, dermis e hipodermis—, así como sus anexos —pelos, uñas y glándulas sebáceas y sudoríparas—. Además, cuenta con receptores táctiles o corpúsculos, encargados de percibir el sentido del tacto
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El pelo o folículo piloso está formado por estructuras queratinizadas muertas. Presenta una raíz en el interior del folículo, sobre la dermis, y un cuerpo o tallo piloso. Su función es proporcionar protección. El pelo se localiza en casi toda la superficie de la piel, excepto en los labios, las palmas de las manos, las plantas y los talones de los pies.

Las uñas son estructuras queratinizadas muertas que se localizan en las falanges distales. Están formadas por un cuerpo, un extremo libre y una raíz que, en algunos casos, presenta una pequeña porción blanca o lúnula debido a que no hay presencia de vasos sanguíneos. Sobre la raíz se localiza la matriz ungueal, responsable del crecimiento de la uña, según la edad, el estado de nutrición y la salud. Por lo general, las uñas crecen 1 mm por semana. Sobre los bordes laterales se encuentra tejido conectivo llamado eponiquio o cutícula, que las une a la piel del dedo.

Las glándulas sebáceas son de tipo exocrino, es decir, secretan su contenido hacia el folículo. Son abundantes en donde hay pelo. El sebo es una mezcla de sustancias grasosas (triglicéridos, colesterol, etcétera) que dan forma y cuerpo al pelo, previenen la deshidratación, mantienen la piel suave y flexible e impiden el desarrollo de algunas bacterias.

Las glándulas sudoríparas son estructuras de tipo exocrino, drenan su contenido hacia la epidermis directamente. Son abundantes en cara, palmas y plantas. Su función es regular el equilibrio de agua y electrolitos, además del control de la temperatura. El sudor contiene sustancias de desecho del cuerpo humano, como agua, iones de sodio y cloro, urea, amoniaco, ácido úrico, etcétera. El sudor que se evapora desde la piel recibe el nombre de transpiración, y puede ser perceptible o no; depende del metabolismo de cada persona. Diariamente se producen alrededor de 600 ml de sudor.


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