Enciclopedia de Conocimientos Fundamentales
UNAM ˜ SIGLO XXI


regreso








3.1.4 Lectura selectiva de textos expositivos

Muchas veces se lee con la finalidad de investigar sobre un tema o problema. La mayor parte de las ocasiones en las que se solicita que se haga una investigación, ésta se relaciona con la obtención de información en diversos géneros propios del texto expositivo. Así, lo que se busca es que quien lee ponga a funcionar destrezas, distintos grados de colaboración con los textos.

El éxito en la recuperación de un texto estará determinado por el grado de comprensión que los lectores tienen de lo que el escritor quiso comunicar en el momento de la escritura.

Quien escribe textos expositivos sabe más que el lector y debe hacer comprender el tema que aborda y hacerlo de manera legible. Así, el lector debe superar esa desigualdad de conocimientos.

Cuando se tiene la tarea de investigar sobre un tema o problema, no se sabe si se requiere leer un libro completo, si un determinado artículo servirá, si la enciclopedia que se tiene a la mano es confiable o no. Entonces, se hace una lectura selectiva o de inspección, una especie de prelectura en los documentos en los que se cree que la información que allí se plantea puede ser de utilidad.

Si se dispone de tiempo limitado (casi siempre es así) y se quiere descubrir si el texto requiere de una lectura más detenida, es importante seguir los siguientes pasos:

• Leer detenidamente el título. En ocasiones el título ya nos dice mucho sobre el tema, pero en otras, los títulos poco tienen que ver con el contenido. Así que, después de ver la hoja del título hay que averiguar si hay un prólogo y, si éste existe, hay que leerlo. El prólogo sí da una idea del tema.

• Estudiar los índices. Hay un índice general y algunos libros tienen un índice de materias. Con los índices se tiene una idea general de la estructura de un libro. En el caso de las revistas, siempre es importante leer el resumen o abstract, si lo tiene, o, por lo menos, leer los subtítulos que generalmente sirven como una guía de lo que contiene el material.

• Si se trata de un libro, también es importante saber quiénes son los autores citados. Si se han descubierto ciertos términos que parecen familiares al tema que se investiga, se deben leer al menos unos párrafos.

• También es importante leer las cubiertas de los libros pues en ocasiones lo que se considera propaganda publicitaria tiene indicios que pueden sugerir la lectura o no del material.

• En la lectura selectiva o exploratoria, hay que consultar los capítulos que pueden ser interesantes para la investigación; no todo sirve para propósitos específicos de recopilación de información.

• Hay necesidad siempre de hojear y de ojear ; es decir, pasar las hojas y pasar la mirada por ellas ya que, en muchas ocasiones, se descubre que lo que dice un determinado material puede ser de interés para el trabajo de investigación.

Los textos expositivos, sobre todo los de divulgación, presentan dificultades de distinto rango. Pueden estar relacionadas con la comprensión de determinados conceptos, con la organización del texto, con el uso de algunas palabras o giros del lenguaje, o con el tema en sí. Si en una lectura selectiva se ha considerado que algún libro, enciclopedia, revista, libro de texto, video, cd-rom puede ayudar a la investigación que se realiza, deben tomarse notas para que en el momento de decidir sobre lo que sirve o no a la investigación, se tenga una organización y se sepa con qué se cuenta.

Formas de anotar un texto

• Subrayado. Subrayar los puntos más importantes, los aspectos que se consideran centrales.

• Líneas verticales al margen. Sirven para destacar una información concreta que previamente se ha subrayado o para destacar un párrafo que por ser demasiado largo no puede ser subrayado.

• Asteriscos u otros signos al margen. Sirven para destacar párrafos importantes o algunos argumentos que interesan.

• Números en el margen. Sirven como una especie de guía que señala una determinada secuencia de quien escribe.

• Numeración de otras páginas en el margen. Son una guía para el lector que le permite indicar cuando el autor repite demasiado algo o se contradice con alguna afirmación hecha en otro momento. Se utilizan abreviaturas como cf. que equivale a confróntese o compárese.

• Poner en círculo las palabras o frases clave. Tiene el mismo propósito que el subrayado; se hace para destacar una determinada información.

• Escribir en el margen o en la parte superior o inferior de la página.

• Hacer preguntas al texto. Se pueden anotar también en los márgenes.

Lectura de imágenes en un texto expositivo

Una manera adicional e importante de leer los textos expositivos se relaciona con la lectura de la imagen. Ésta puede ser un elemento que facilite o dificulte el acceso a las ideas centrales del texto, al sentido de la información que se transmite, a las relaciones entre las distintas partes del material.

El texto expositivo utiliza las imágenes, sean diagramas, fotografías, cuadros, ilustraciones, entre otros, para hacer progresar la información, para que las ideas se comprendan con relativa facilidad y los lectores puedan seguir los razonamientos del autor. En este sentido, saber leer las imágenes y relacionarlas con el texto escrito permite advertir el sentido de lo que alguien dice y cómo lo dice.

Mientras se lee, se construye el significado y las imágenes son parte sustancial de un texto expositivo. Leer es un proceso activo que va del texto al lector. Éste participa en la elaboración del texto, ya que lo construye, reconstruye; contrasta y aprueba.

En el caso del texto expositivo el hecho de que quien escribe sea capaz de organizar la información conocida y la nueva, de usar los recursos adecuados para cohesionar al texto(repetición, ejemplificación, uso de sinónimos, sustitución de un determinado término por un pronombre), de añadir palabras nuevas que puedan ser explicadas en el propio texto, hace que el lector lea con el propósito de encontrar información, de estudiar un fenómeno o situación, de aprender un proceso.

Es importante, por lo tanto, leer la disposición de las páginas en el texto expositivo y determinar la relevancia de la presencia o ausencia del material gráfico: cómo se destacan los nombres, cómo se organiza la información, cuál es el uso de títulos y subtítulos. En este sentido, los paratextos son parte fundamental de la lectura total del texto.

Cuando se lee el texto expositivo se halla la lógica de una explicación, se sigue un proceso, se identifican términos de una ciencia o una técnica, se completa la información con la que ya se posee, se detectan errores, se analiza el papel de los conectores en la organización de lo que se dice, se advierte la pertinencia o no de los signos de puntuación para cohesionar el texto; es decir, se lee todo.

Un texto expositivo abre interrogantes, propicia el interés de los lectores por explorar campos nuevos de conocimiento y relacionar la nueva información con la que ya se posee; asimismo cuestiona las propias ideas, revisa o actualiza los conocimientos, representa un referente sobre el cual debatir desde diferentes ángulos y opiniones, define posturas, desarrolla actitudes ante hechos sociales y científicos. Habrá que recordar que cuando se habla de divulgación de la ciencia, la palabra ciencia se refiere tanto a las ciencias sociales como a las ciencias naturales.

Para ejercitar la lectura del texto expositivo

• Definir claramente el propósito de la lectura antes de realizarla.

• Aprender a hacer un barrido visual de todo el texto para descubrir los indicios que serán centrales en la búsqueda de sentido del texto (títulos y subtítulos, textos gráficos, uso de negritas o cursivas, estructura del texto).

• Comprender las ideas básicas según el propósito del texto.

• Investigar en un diccionario los términos o expresiones que no se explican mediante el contexto.


Inicio de página