El creciente consumo de recursos minerales obliga al desarrollo de tecnologías cada vez más complejas para su obtención. Los tiempos en que el minero pasaba largas temporadas aislado del mundo buscando filones o del gambusino que hurgaba en los depósitos de placer han quedado atrás; ahora se utilizan los más avanzados métodos para localizar los yacimientos, con la ayuda de los satélites artificiales y los Sistemas de Información Geográfica.
Los modelos digitales del terreno y las imágenes satelitales permiten analizar las estructuras geológicas de una región y son herramientas eficientes en la búsqueda de nuevos yacimientos minerales; gracias a que estos sistemas reducen costos y tiempo de investigación, su uso se ha generalizado.
Además de los recursos tecnológicos mencionados, hoy se cuenta con avances significativos en geología, tectónica, mineralogía y otras disciplinas que han hecho de la prospección minera una actividad que ofrece un alto nivel de certidumbre y abre nuevas perspectivas a la actividad minera.