Una manera de establecer la relación entre población y territorio es a través del estudio de la distribución de sus diversos tipos de asentamientos humanos, o lugares donde se localizan un conjunto de viviendas habitadas. La cantidad de personas que residen en ellas, así como las actividades económicas que desempeñan, determinan su tamaño y denominación.
Existen varias clasificaciones respecto a los asentamientos humanos que son utilizadas en diferentes países, tales como: caserío, localidad, comunidad, ranchería, villa, pueblo; ciudad pequeña, media o grande, zona metropolitana, conurbación y megalópolis, entre otras. Sin embargo, la principal clasificación general establece una diferenciación entre los asentamientos de población: rurales y urbanos.