La forma de clasificar los riesgos puede hacerse desde diferentes puntos de vista. La clasificación puede servir para comprender la variedad de parámetros que intervienen en la generación de los procesos naturales y de los peligros. Algunos de los criterios son:
Grado de intervención del hombre
Agentes naturales que intervienen
Según el grado de intervención del hombre en los riesgos, pueden clasificarse en tres grupos:
Riesgos naturales. Son aquellos que se producen por el funcionamiento de la naturaleza con mínima intervención humana. un terremoto, una erupción volcánica o un huracán son ejemplos de riesgos naturales.
Riesgos antrópicos, tecnológicos o sociales. Se deben al mal funcionamiento tecnológico o a los errores en las actividades humanas. El derrumbe de un edificio que ha sido sobrecargado, el envenenamiento masivo por fugas en una incineradora de basura y hasta la guerra son riesgos tecnológicos, independientemente de que hablemos de tecnologías muy desarrolladas, como la incineradora, o de tecnologías muy primitivas, como una guerra con arcos y flechas. Los peligros derivados de las condiciones de trabajo, el uso de drogas o el factor pobreza entran en esta categoría.
Riesgos mixtos e inducidos. Son aquellos en los que la técnica y la naturaleza confluyen para crear el peligro. Por ejemplo, el desplome de un puente socavado por la erosión de un río es un fallo tecnológico provocado por ignorar los procesos naturales, es un típico caso de riesgo mixto.
Según la naturaleza de los agentes que intervienen, los riesgos pueden ser:
En México, el Sistema Nacional de Protección Civil ha adoptado la clasificación basada en el tipo de agente perturbador que los produce. Se han desarrollado diferentes propuestas para establecer una división de los riesgos; para facilitar su comprensión se toma como punto de partida la existencia de dos grandes categorías: los riesgos naturales y los riesgos antrópicos.