El agua
Uno de los primeros materiales representados por las culturas más antiguas fue el agua. En la antigua Mesopotamia (2000 a.C.) ésta se representaba con una línea horizontal ondulada.
En el antiguo Egipto el jeroglífico para el agua era una línea horizontal zigzagueante, que parece imitar las pequeñas ondas de la superficie del agua.
En el sistema de los cuatro elementos de los griegos (300 a.C.) encontramos que significa agua,
tierra,
fuego y
aire. Estos símbolos evolucionaron con el paso del tiempo. Así, en la Edad Media, el agua se representaba comúnmente con un círculo vacío, mientras los primeros alquimistas la representaban por medio de los símbolos
,
y
.
Al conocerse cada vez más sustancias se hicieron los primeros intentos por clasificarlas. Es así como Zósimo (siglo IV) llama espíritus a las sustancias que podían destilarse () como el mercurio o azogue
, el azufre
, el amoniaco
y el arsénico (
,
,
,
,
,
y
). El vidrio
se clasificaba entre los siete metales conocidos (oro
, plata
, hierro
, estaño
, plomo
y mercurio
), porque todos ellos pueden fundirse.
A mediados del siglo XVIII, cuando ya se reconocían varias sustancias como elementales o compuestas, el símbolo para el elemento oxígeno era , el del hidrógeno era
y el de la sustancia compuesta agua era
. Entonces, Antoine-Laurent Lavoisier (1743-1794) creó las bases de la nomenclatura actual, junto con otros químicos franceses importantes de aquel siglo, como Antoine Fourcroy, Claude-Louis Berthollet y Louis-Bernard Guyton de Morveau. En 1787, sus trabajos se resumieron en la publicación de Lavoisier titulada Méthode de nomenclature chimique, que contiene un conjunto sistemático de reglas para nombrar las sustancias conocidas hasta ese momento, una lista donde se clasifican las mismas, así como su representación en forma sencilla y abreviada, con el propósito de unificar el lenguaje utilizado en la química.
Conforme los alquimistas europeos del siglo XIV perfeccionaron técnicas como la destilación, aprendieron a elaborar ácidos cada vez más poderosos: aqua fortis o espíritu de nitro (ácido nítrico), espíritu de sal (ácido clorhídrico), espíritu de vitriolo (ácido sulfúrico), etcétera.
Esta obra constituyó una revolución, pues Lavoisier elaboró una lista donde clasificaba las sustancias elementales y las compuestas que se conocían hasta ese momento. Lo que permitió a los químicos ponerle un nombre distinto a cada tipo de sustancia.
A las sustancias elementales se les dio un nombre único, que podía tener varios orígenes. El nombre podía deberse a sus propiedades químicas; por ejemplo el término oxígeno, propuesto por Lavoisier, significa en griego generador de ácidos. Otras sustancias se nombraron por sus características físicas; por ejemplo, el tungsteno, aislado del mineral scheelita significa piedra pesada (tung quiere decir pesado y sten, piedra). Otros nombres procedían de la tradición alquímica (carbono) y de algunos otros mitos y creencias (arsénico, cobalto).
El nombre arsénico viene del griego Arsenikos, que significa hombre valiente.
El nombre cobalto viene del alemán Kobold, que significa espíritu endemoniado.
Las sustancias compuestas fueron designadas con nombres binarios, es decir, formados de dos palabras, utilizando las raíces de los nombres de las sustancias elementales para indicar una composición química. Así, a la sustancia conocida hasta ese momento como tártaro vitriolado, arcano duplicado o sal policresta de Glaser se le llamó sulfato de potasa. Se eliminaron entonces los múltiples sinónimos utilizados para denominar una misma sustancia y se estableció el criterio de nombrar a las sustancias compuestas por su composición química.
De sulfatos, sulfitos y otros azufres con oxígeno
En la época de Lavoisier se propuso el término "ácido sulfúrico" para un compuesto de azufre con oxígeno y para sus sales el nombre genérico de "sulfatos"; mientras con el término "ácido sulfuroso" fue designado un compuesto de azufre con menor cantidad de oxígeno y sus sales se denominaron "sulfitos". Como puede verse, el prefijo sulf (o sulfur) se usa para indicar que se trata de compuestos de azufre y se utilizan diversos sufijos, como ico, oso, ato, ito, para indicar la proporción de oxígeno.